El acúfeno como señal de malestar es un síntoma comparable al dolor que constituye una señal de alarma en lo corporal o psíquico. Es un síntoma de la conciencia de hiperalerta que refleja algún conflicto o mala resolución de alteraciones de tipo orgánico/funcional, psíquico/psiquiátrico y/o laboral/social que el paciente trae en su historia personal; por lo tanto, no es cuestión de tratar sólo y prioritariamente el síntoma acúfeno sino sus causas, de allí la importancia del diagnóstico médico adecuado.
Cuando el acúfeno no altera la vida cotidiana del paciente ni impide la concentración en determinadas tareas ni el trabajo habitual ni las relaciones familiares y sociales se dice que está compensado, o sea, que el paciente está habituado. En este caso no se necesitaría ningún tratamiento.
En este caso a diferencia del anterior el paciente necesitará ayuda externa (consejo terapéutico/tratamiento sonoro) para poder superarlo. El acúfeno crónico descompensado es un proceso psico-somático complejo en el que los factores mentales y sociales tienen un efecto determinante en la respuesta subjetiva del paciente para empeorar las funciones otológicas y otras funciones somáticas atribuidas al acúfeno.
Todo acúfeno que dure más de dos meses se considera crónico. El acúfeno por sí mismo no es una enfermedad, pero sí el síntoma de una alteración del procesamiento de la información auditiva a nivel del Sistema Nervioso Central con reacciones emocionales individuales de mayor o menor grado.
Aun cuando sea crónico para la mayor parte de los pacientes llegará con el transcurso del tiempo a ser “soportable” para quien lo padece.
Cuando un estímulo adquiere asociaciones emocionales, la habituación (entendida como la atenuación natural de la respuesta no reforzada al estímulo repetido a través del tiempo) puede ser difícil obtenerla o nunca darse.
Es importante identificar su causa y si es posible, solucionarla, con frecuencia las causas del acúfeno puede ser objeto de tratamiento efectivo lográndose así su eliminación; pero hay que tener presente que en algunos casos se puede identificar la causa, tratar de corregirla, y a pesar de ello, el acúfeno no mejora. En el 90% de los pacientes con acúfenos no se puede saber la causa y si se conoce, no se puede corregir.
La actividad neural anómala que genera el acúfeno puede originarse desde el oído externo hasta el córtex cerebral y se lo identifica como una actividad aberrante producida en una o varias localizaciones del Sistema Nervioso Auditivo Central.
La expresión de la plasticidad cerebral tiene lugar en todas las partes del Sistema Nervioso Central y puede ser producida por muchos factores, siendo el más frecuente la privación de aferencias, las aferencias anormales o la lesión. Esto es lo que se denomina plasticidad buena pero también hay una plasticidad mala que con frecuencia produce hipersensibilidad e hiperactividad y puede desviar la información hacia otras partes del Sistema Nervioso Central que no reciben información auditiva, al menos de esta nueva forma.
Si bien todavía no está claro dónde se origina el acufeno, en cualquier caso, sí parece que hay consenso en que se trata de una manifestación de la plasticidad cerebral cuando se produce una alteración en la entradanormal del Sistema Auditivo (p.ej. en una hipoacusia o sea pérdida de audición) el sistema se reorganiza de alguna manera para compensar dicha alteración.
Los posibles factores que pueden producir esta anomalía pueden ser:
- Disfunción del Sistema Auditivo (hipoacusia, anacusia, hipoacusia súbita, trauma acústico, hiperacusia, envejecimiento, etc.)
- Interacciones somatosensoriales en las neuronas multisensoriales del núcleo coclear dorsal y en los colículos inferior y superior producidas por procesos patológicos a nivel de la mandíbula, cuello, hombros, espalda, pelvis, miembros inferiores, pies, ojos
- Causas musculares o anatómicas (mioclonías del paladar, espasmo de músculo tensor del tímpano, trompa de eustaquio patulosa)
- Causas espontáneas (OEA espontáneas)
- Trastornos odontológicos
- Causas relacionadas con fármacos tales como los salicilatos, AINES, ATB ototóxicos, amino glucósidos y diuréticos de ASA, agentes quimioterapéuticos etc.,
- Procesos que afectan el Sistema Nervioso Central (sensibilizaciones centrales de tipo funcional o excitabilidad aumentada del Sistema Límbico) producidas ambas por alteraciones conductuales, preocupaciones, miedos, angustias, depresión; o como procesos patológicos vasculares, traumáticos, tóxicos, infecciosos, metabólicos o tumorales
- Multipatología orgánica de tipo metabólico, vascular, articular o neurológico, ictus
- Causas neurológicas relacionadas con traumatismo craneano-encefálico, latigazo cervical, esclerosis múltiple, tumores del ángulo pontocerebeloso, o
- Componente biopsicosocial de stress
Podemos considerar entonces al acúfeno como una señal de malestar bio-psicosocial; o sea, como una muestra del desequilibrio de la homeostasis física, psíquica y social necesaria para el funcionamiento elemental del ser humano. Es entonces de gran importancia tener en consideración los aspectos auditivos, somato-sensorial, neural y emocional al momento de hacer un diagnóstico y encarar un tratamiento.
A veces nos encontramos con serias dificultades (“muros”) que se interponen entre el paciente y el terapeuta que imposibilitan un tratamiento eficaz. Ellos son:
- Consciencia: Paciente debe ser consciente de que el progreso en el tratamiento está en sus manos. Las tareas a realizar estarán siempre al alcance de las posibilidades de cada caso.
- Compromiso y disciplina: El paciente debe comprometerse (auto-compromiso) a realizar el tratamiento que esté en consonancia con su manera de ser.
- Comprensión: Nos referimos a que el paciente debe comprender claramente por qué tiene acúfenos conociendo sus causas a través de diversos abordajes.
- Empatía: Cuando el paciente no se encuentra entendido o cuando el paciente percibe que el médico no maneja el asunto adecuadamente).
- Nivel cultural: Puede facilitar o empeorar el entendimiento de pautas, consignas, etc. haciendo en el peor de los casos que el tratamiento sea inefectivo.